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Aprender a lidiar con el
diario vivir podría parecer algo sumamente sencillo, sin embargo para muchas
personas, el lidiar con otros individuos en su entorno, la convivencia o
socialización es muy complejo. Principalmente cuando la persona ha enfrentado
situaciones de dolor, porque es normal que se vista de una coraza con la sola
intención de no atravesar dicha circunstancia dos veces. En el presente se
analiza este tipo de situación, mediante la narración de una historia de un
caballero que se ve en esta posición, pero en este caso la armadura es visible.
Todos en algún momento
nos revestimos de una coraza con la finalidad de evitar ser heridos, es por tal
razón de suma importancia, conocer las herramientas de las que podemos
valernos, para salir de esa coraza y ser felices permitiéndonos sentir sin
temor de que nos hieran.
El objetivo principal
del presente es resaltar los mensajes más relevantes que enmarcan El Caballero
de la Armadura Oxidada.
En el
presente se realiza un resumen de la obra, un mensaje personal, los aportes que
esta obra hizo a mi vida, y mi opinión personal de la misma, así como las
conclusiones tomando como referencia el objetivo anteriormente planteado, y la
biografía del autor.
B-Resumen
I- El
Dilema del Caballero.
Se trata de la historia
de un caballero que en su afán de
ser bueno, generoso y amoroso, hacía todo lo que se supone que estos hacen;
mataba dragones, rescataba damas de los castillos, muchas veces en contra de la
voluntad de estas. Tenía una obsesión en demostrar que era el mejor caballero
del reino y para esto se iba constantemente a las cruzadas por lo que dejaba
constantemente a su amada Julieta
(mujer bella e inteligente, aunque con una debilidad por el vino) y su hijo Cristóbal.
El amor del caballero
por su labor era tal que cuando no andaba en una cruzada, estaba en casa
probándose su armadura, a tal punto que dejó de quitársela para estar listo
para las cruzadas. Cuestión que enojaba mucho a su esposa Julieta. Solo podía
ver de su esposo lo que al levantar la visera le permitía la armadura, y cuando
esta le reclamaba solo cerraba la visera o acababa dormido.
En una ocasión en que
Julieta le reclamaba por lo que él consideraba su labor de
caballero, cerró una vez más como tantas
otras la visera que le permitía ahogar los chillidos de su esposa. Por lo que
ésta enojada le comunica su intención de marcharse junto a su hijo. Ante tal
situación el caballero, decide quitarse la armadura, pero no pudo, la armadura
estaba atascada; ni siquiera fue capaz de levantar la visera, lo que le pareció
ridículo, puesto que a menudo la levantaba para comer y beber.
Ante tal situación el
caballero decide ir donde el herrero,
el hombre más fuerte del reino, pero este fue incapaz. Con el temor de perder a su esposa e hijo,
decide marcharse, en busca de quien le quite la armadura. Antes de marcharse
pasa a despedirse del Rey, pero
quien lo recibe es el bufón del reino, llamado Bolsalegre, quien entre rimas, mufas y críticas le dice que este ha partido a
una cruzada y lo refiere a que el mago Merlín
(quien mora en el bosque), pudiese ayudarlo a quitarse su armadura.
II-En
Los Bosques de Merlín
Desde el inicio de su viaje el Caballero sabía que no sería tarea fácil
encontrar el mago, puesto que el bosque era inmensamente grande y había un solo
Merlín. Pasó, largo tiempo,
perdido en el bosque, casi desnutrido, puesto, que uno; a pesar de considerarse
sabio, entendió que no lo era en la medida que el lo consideraba, porque no
sabía distinguir los alimentos venenosos de los que no lo era. Además con su
visera atascada necesitaría ayuda para comer.
Duró
meses en su búsqueda, habiendo perdido el sentido de dirección, aunque por
suerte no así su caballo.
Después
de meses de búsqueda encontró a Merlín sentado bajo un árbol y con algunos
animales a su alrededor. Se dirigió a él, y aunque la ironía y el sarcasmo de Merlín lo enojaron
bastante, estaba demasiado débil y cansado como para reclamarle. Al día siguiente,
Merlín le dio a tomar en una copa un líquido el cual llamó vida. Le explicó que
la había nombrado así, por lo amarga que es al principio y lo dulce que se va
tornando en la medida en que la aceptas.
En su
estadía en el bosque se pudo, sensibilizar al punto de poder hablar con
animales, aunque esto le perturbaba un poco.
Allí conoció una paloma llamada Rebeca
y una ardilla, la cual era llamada solamente Ardilla. Estas a pesar del mal genio del caballero, eran quienes lo
alimentaban, con nueces y viandas.
Conmovido,
por la acción y temeroso a la vez, decide que es mejor volver a casa. A lo que
el mago responde no es una buena idea, puesto que volvería con la armadura.
Éste recordando las largas quejas de Julieta por su armadura, le responde quizá
Julieta no me quiera pero Cristóbal sí. Por lo que envía una nota con Rebeca,
esperando respuesta de su hijo. Fue muy doloroso para el caballero ver que
Rebeca regresaba con una nota en blanco, en respuesta de que su hijo no le
conocía lo suficiente como para saber si quería que regresara. Esa fue la
primera vez que el caballero, se echó en llantos.
III- El sendero
de la Verdad
A la
mañana siguiente se intentó excusar con el mago, a lo cual este respondió no
era necesario, puesto que era el primer paso para deshacerse de su armadura;
por lo que debía irse. Esto enojó mucho al caballero quien se sentía muy cómodo
en el bosque, y más porque no tenía para donde ir, puesto que Julieta y
Cristóbal ya no parecían quererlo más, y las cruzadas ya no le hacían ningún sentido.
Por lo que Merlín le dijo que lo hiciera por el mismo, porque podría morir
dentro de esa armadura, éste asintió puesto que ni siquiera recordaba cuando
fue la última vez que pudo rascarse la espalda.
Pero toda su disposición para emprender el viaje se vio
turbada cuando se dio cuenta de que se trataba de un sendero cuesta arriba, el
cual se hacía más estrecho y empinado en la medida en la que avanzaba. Y más aun cuando Merlín le dijo que no podía
ir sobre su caballo. Sino que
tendría que transitar a pies y con tan pesada armadura. Aunque el caballero
prefería morir a causa de una barba empapada, Ardilla y Rebeca le dieron ánimos
por lo que se dispuso a emprender el viaje. Además Merlín le prometió que
aparecería siempre que lo necesitase, siempre que lo llamara.
Durante el trayecto el caballero se sensibilizaba cada
vez más hasta percibir las diferencias entre las vidas más simples. Al
vislumbrar el Castillo de Silencio sintió una gran decepción por su aspecto, y
he aquí su primera lección de Rebeca:
Cuando
aprendáis a aceptar, en lugar de esperar tendréis menos decepciones.
Al llegar al castillo tomó la llave dorada que le colgaba
del cuello y abrió la puerta, pero Rebeca y Ardilla no entraron con él,
quedaron de verle del otro lado del castillo.
IV- EL
CASTILLO DEL SILENCIO
Al
entrar al castillo el caballero pudo ver al rey, que se suponía estaba en una
cruzada, a lo cual este le respondió, que decir que va a una cruzada es más
fácil de entender para sus súbditos, que decir que va por el sendero de la
verdad. El caballero temeroso de
transitar solo por el castillo del silencio, le sugiere ir los dos juntos, o ir
uno al lado del otro sin hablar para hacer el trayecto menos tedioso. A lo que el Rey le responde que ya lo ha
intentado en otras ocasiones y que no funciona, porque la intensión del
castillo es conocerse a sí mismo, y que de una u otra forma siempre que se esta
al lado de otra persona uno trata de mostrar lo mejor de uno mismo; por lo que
las puertas no aparecen.
Porque
permanecer en silencio es algo más que no hablar.
Luego de decir esto el Rey partió a otra habitación y
tras él se cerró la puerta, el caballero intentó aproximarse a la puerta pero
solo estaba la pared. Al encontrarse completamente solo, trató de mitigar el
silencio con una canción. Al reconocer que siempre había tenido miedo
de estar solo, se abrió una puerta apareciendo otra habitación un poco
más pequeña. La segunda puerta se abrió, luego de meditar que nunca
había disfrutado el presente, porque o estaba hablando de lo que había hecho o
estaba planeando lo que iba a hacer,
esta puerta le dirigió a otra habitación aún más pequeña. Animado, por sus
avances el caballero decide guardar silencio, y escuchó el silencio por primera
vez, escuchó el viento, la lluvia. Y pensó en Julieta que nunca la había
escuchado y sintió pena por ella, y lloró que casi se ahoga en su llanto, cuando se abrió otra puerta. Esta habitación
era aun más pequeña que las anteriores, lo que le causó curiosidad al
caballero. A lo que una voz le respondió, es porque te acercas más a ti mismo.
Era la primera vez que escuchaba su voz interior. Lo que le causó mucha
intriga, por lo que para no confundirse llamándolo yo, acordaron que le
llamaría Sam. Se quedó dormido, y al
despertar, se dio cuenta que había salido del castillo y que Rebeca y Ardilla
estaban a su lado. Se llevó las manos a la cabeza y pudo sentir su propia piel,
el yelmo se había oxidado y caído por las lágrimas derramadas en el castillo
del silencio.
v-El Castillo
del Conocimiento.
El
caballero, ardilla y Rebeca caminaron todo el trayecto y solo se detuvieron en
dos ocasiones una para comer lo cual ya podía hacer sin ayuda de sus amigas, y
la otra para que el caballero se afeitase. Al entrar al castillo del conocimiento,
intentó hacerse de una antorcha para alumbrar el castillo, pues estaba muy
oscuro, pero no había ninguna. Sólo una
inscripción brillosa en la pared que decía, El conocimiento es la luz que iluminará
vuestro camino. `Y aunque hubiese preferido una antorcha, entendió que
en la medida que conociera el castillo se iluminaría, aunque esta reflexión
surgió de Sam. Habiendo reconocido esto apareció otra inscripción en la pared. Habéis confundido la necesidad con el amor. Reconociendo que había necesitado más
a Julieta y a Cristóbal de lo que los había amado, y que no se amaba él mismo,
una luz resplandesiente iluminó la habitación y una mano le tocó, era Merlín,
quien le dijo, Habéis descubierto una gran verdad, solo podéis amar a otros \ en la medida en que
os amáis a vos mismo.
Ardilla dirigió a Rebeca, Sam y el caballero, hacia un manzano colmado de frutas. Donde pudo notar una inscripción, Por
esta fruta no pongo condición, pero ahora aprenderéis acerca de la ambición. Merlín le explicó, que todo depende del tipo
de ambición. Que la ambición que viene de la mente, te puede ayudar a conseguir
lujos, pero que la ambición que viene del corazón le puede dar la felicidad.
Porque la ambición que viene del corazón es pura y que no compite con nadie. El
caballero prometió que sus ambiciones en lo adelante provendrían del corazón, y
habiendo dicho esto Merlín y el castillo, desaparecieron. De vuelta al sendero de la Verdad, arrodillado
frente a un arrollo, notó, que la armadura que cubría sus extremidades habían
desaparecido.
VI- EL
CASTILLO DE LA VOLUNTAD Y LA Osadía
El último, castillo era más alto que los demás y las paredes más gruesas,
confiado de que lo cruzaría más rápido que los otros abrió la puerta de golpe y
un enorme dragón, votando fuertes llamaradas por la boca le recibió (
recordó que Merlín le había quitado la espada porque no la necesitaría, según
él no habrían dragones en este trayecto). El caballero, intentó llamar a Merlín
pero este no apareció como las otras veces. Lo peor era que el dragón era capaz
de leer la mente, y hacía mofas contra el caballero. Rebeca le susurró al oído del caballero, que
Merlín le había comentado, que el conocimiento de uno mismo podía matar al Dragón del Miedo y la Duda. Así es que
después de ponerlo en duda varias veces el caballero se dirigió al dragón con
el pensamiento de que el dragón solo existía si él así lo creía. A medida que
el dragón se acercaba el coraje del caballero se desvanecía, así que lleno de
temor se dio media vuelta y salió corriendo. Aunque el caballero, hubiese
preferido quedarse en el arrollo, sanando las quemaduras, Sam le advirtió que
si no enfrentaba al dragón, no tendría la posibilidad de eliminarlo, sino mas
bien este le destruiría a él. Así es que una vez más se dispuso, a atacar el
dragón el cual se iba haciendo mas pequeño hasta desaparecer en una explosión
azul.
VI- La
Cima de La Verdad
Con los dedos ensangrentados el caballero se
dispuso a escalar hasta la cima, donde se encontró con un canto que bloqueaba
su camino, y como de costumbre había una inscripción que decía: Aunque
este universo poseo, nada poseo, pues no puedo conocer lo desconocido si me
aferro a lo conocido. El caballero leyó la inscripción y aunque un poco
agotado, pudo inferir que la inscripción le inducía a dejarse caer. Pero tenía sus dudas, a lo que Sam le
respondió, has entendido bien. Temeroso
de morir, se niega, pero Sam le recuerda que ya están muriendo. Que se deje
caer y confiara en la vida, la fuerza el universo, Dios o el nombre con el que
deseemos nombrarle. Ya no parecía tener
alternativas por lo que pensando que moriría, se dejó ir y en mientras caía
recordó, todas las personas que había culpado, su madre, su padre, a su mujer,
a su hijo. Y de pronto empezó a caer hacia arriba. De repente dejó de caer y se encontró en la
cima.
Ardilla y Rebeca observaron al caballero ponerse de
rodillas, mientras pensaba, Casi
muero por todas las lágrimas que no derramé, las lágrimas provenían de su corazón por lo que
estaban muy calientes, lo suficiente para derretir su peto, que era lo único que quedaba de su
armadura.
El caballero, se había vuelto, el arroyo, la luna, el
sol. Podía ser muchas cosas a la vez porque era uno con el universo.
Era amor.
C- Mensaje
Personal
Es la segunda vez que leo el Caballero De La Armadura
Oxidada, y así como el Rey le sugiere al caballero, que cada vez que transita
por el Sendero de la Verdad, encuentra nuevas puertas en sus castillos, cada
vez que lo leo es una travesía nueva, donde encuentro nuevos mensajes que se
adecuan a una situación particular vivida en el presente.
Iniciando por el dilema del caballero, donde él se
escondía bajo la visera para no escuchar las quejas de Julieta, al igual que se explica en la IV unidad del
libro Ser Humano Y Su Contexto (Eléisida Almonte y Miriam Polanco), muchas
veces nos preocupamos más en ser escuchados que en escuchar lo que la otra
persona tiene para decirnos, y más si el interlocutor difiere respecto a
nuestra opinión. Y es entonces cuando
nos forramos de esa armadura, con un hermetismo que no nos permite acercarnos a
la otra persona y peor aún, no permite a la otra persona acercarse tampoco, y
ese orgullo, ese echarle la culpa al otro, ese victimizarme es lo que termina
con las relaciones de familia, de amigos y demás. A fin de cuenta, ganamos más dejando caer esa
armadura, diciendo te quiero, te perdono, hagámoslo de esta manera, y
utilizando la palabra dócil como bien dice la biblia.
En Los Bosques De Merlín, aprendemos a no acomodarnos,
sintiéndonos incómodos, a no acostumbrarnos a sentir dolor e incomodidad, a
buscar nuestra satisfacción y que más que hacerlo por los demás, lo hacemos por
nosotros mismos. A veces sentimos que no
vamos a arreglar las cosas por que el otro no se lo merece, yo no daré el
primer paso, que lo de él si quiere, pero más que por la otra persona lo
hacemos por nosotros mismos. Esa inestabilidad emocional, nos afecta a nosotros
primero y debemos pensar en nosotros, en sanar nosotros. Ese perdón no es por
ti, es por mí. Si se puede seguir seguimos, si entiendo que no me agrada lo que
haces pues mejor seguimos, pero por sendos caminos.
En el castillo del silencio, nos enseña a enfrentar ese
temor a la soledad, recordándonos lo interesante que puede ser estar con
nosotros mismos, y conocernos mejor. Entender el porqué realmente hacemos las
cosas, y no las mentiras que inventamos ante los demás para justificarnos y que
finalmente terminamos creyéndolas como ciertas.
En el castillo del conocimiento se enmarcan dos grandes
verdades, tres más bien dicho con la que le recuerda al Caballero su voz
interior Sam, la primera es que Conocer
es Luz, solamente con la lumbrera que emite el conocimiento podemos dirigir
nuestra vida por un buen sendero, no por el más fácil, sino por el conduce a un
mejor lugar. La segunda es que mayormente confundimos la necesidad con amor, y
nos quedamos atados a alguien que decimos amar, pero que realmente necesitamos.
Ya sea para no estar solos o por la razón que más nos permita acomodarnos a la
situación. Y la última pero no menos cierta, es la que viene de Sam, es que las
lagrimas de autocompasión no nos liberan, asumir toda la culpa, no de lo que le
pasa al otro, sino de lo que nos pasa a nosotros mismos, no asumir que padre, madre, hijo, esposo,
amigo son responsables por algo que pasa en mí. Solo yo soy responsable de lo
que pasa con mi vida.
En la Cima de la Verdad, lo primero que aprendemos, es
que llegar no es fácil, si fuera fácil todos, lo harían, pero pocos realmente
lo consiguen. Y lo segundo, bien me
recuerda una película china, por el mensaje. Aunque este universo poseo, nada
poseo, pues no puedo conocer lo desconocido, si me aferro a lo conocido. En la película el actor lo dice de otra
forma, No se puede llenar una copa que
ya está llena. Es decir, que no podemos aprender cosas nuevas si ya pretendemos
saber, que cada vez que aprendamos algo, debemos dejar siempre el espacio de la
duda, porque si lo pretendemos como verdad infalible, no podemos aprender nada
más; porque hemos llegado al límite de la verdad.
D- Que
Le Aporta a mi Vida
Leer el libro nuevamente, me hizo recordar que
no debemos esperar, que debemos aceptar. No idealizar, las situaciones, ni al
compañero, ni lo que viene, sino a aceptar lo que llegó, lo que es. La mayoría de decepciones se dan, porque
siempre estamos esperando, que me felicite en mi cumpleaños por ejemplo, que
recuerde el aniversario, que todo siempre será perfecto. Pero la vida no es
perfecta, la vida simplemente es y es maravilloso vivirla cuando se está feliz.
Particularmente yo lo estoy. Beso mis hijos
cada vez que tengo deseos de hacerlo. Sin esperar que me van a recibir, con el
mismo deseo.
Yo también, soy amor.
E- Opinión
Personal
En mi opinión, el Caballero de la Armadura Oxidada, es
uno de los mejores libros de superación personal, puesto que es corto, lo que
permite enlazar con facilidad y
leer cuantas veces sea necesario un capítulo, sin pensar en lo tedioso que
podría resultar culminar el libro, es práctico, ocupa poco espacio, por lo que
es fácil de llevar y leer en cualquier lugar mientras se espera un turno por ejemplo;
es entendible, no utiliza un lenguaje trabajado, por lo que no es necesario
llevar un diccionario para su comprensión; y maneja de forma interesante una
trama, por lo que causa en el lector la necesidad de saber como termina la
historia.
Es también, un libro que conduce al individuo, a buscar
las respuestas de los declive por los que pueda atravesar en sí mismo y no en
el exterior como es costumbre de la gran mayoría hacerlo.
Es un libro, con el que pienso una multitud de persona,
se identifica, porque siempre, tenemos miedo, de ser heridos, de no ser
aceptados, al ridículo o cualquier otro miedo con el que podamos cargar, que no
nos permite ser nosotros mismos, y nos obliga a cargar con una pesada armadura
para evitar ser heridos, pero que al final termina hiriéndonos aun más, porque
si bien no le permite a nadie acercarse a herirnos, tampoco les permite
acercarse a permitirnos sentir, y con ese hermetismo que transmitimos nos
quedamos solos, privándonos de bellos sentimientos.
F- Conclusiones
Hay que liberarse de la armadura, no por los demás sino
por uno mismo.
Cuando se acepta en lugar de esperar, se sufren menos
decepciones.
Permanecer en silencio, es más que no hablar. Es estar a
solas para encontrarse consigo mismo, y dejar caer las barreras.
El conocimiento es la luz, que ilumina el sendero.
No debemos confundir el amar con la necesidad.
Las lágrimas de autocompasión, no nos liberan de nuestra
armadura.
La ambición no es mala siempre y cuando venga del
corazón, y no de la envidia, de la codicia y la avaricia.
Conocerse a uno mismo, puede matar cualquier sentimiento
de miedo o duda. Puesto que miedo y
duda, son simplemente ilusiones.
No se puede conocer lo desconocido, si nos aferramos a lo
que ya sabemos. Debido a que ponemos límites, una copa que ya está llena no
puede llenarse otra vez.
Debemos reconocernos, responsables de lo que pasa en
nuestra vida, sin juzgarnos, sin excusarnos y sin pasar nuestras culpas a
terceros.
No debemos permitir que lo que otra persona, piense sobre
nosotros, sea más importante para nosotros que nuestra propia opinión.
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